Anomalía de Peters: ¿Cómo afecta a los ojos?
05/11/2024
23/07/2018
La cirugía refractiva es una disciplina de la oftalmología que ha evolucionado de un modo considerable consiguiendo unas tasas de seguridad y efectividad importantes, además se ha reducido el tiempo del tratamiento, se ha optimizado el patrón de láser a aplicar para ahorrar tejido, se ha asistido la cirugía con medios increíblemente precisos como con los láseres de femtosegundo... y cuando parecía que ya estaba todo escrito ha aparecido una técnica nueva: SMILE.
Se trata de un procedimiento por el cual se modifica la curvatura corneal tallando una lámina interna que se extrae a través de una incisión muy pequeña. Por este motivo se conoce con las siglas SMILE (Small Incision Lenticule Extraction), que se traduciría como extracción de lentículo a través de pequeña incisión.
Las ventajas se basarían en que, al igual que LASIK, se mantiene el epitelio por lo que el dolor postoperatorio es casi inexistente, y que al igual que en PRK se mantienen las capas superficiales intactas, y dado que son las arquitectónicamente más importantes, el riesgo de ectasias es menor.
Asimismo, parece que el riesgo de sequedad también es menor ya que los nervios corneales se afectan en menor grado. Por otro lado se realiza en un solo tiempo.
Al igual que en la PRK se puede realizar en pacientes con riesgo de impacto y en el postoperatorio no es crítico que los pacientes se froten los ojos (aunque tampoco es recomendable que lo hagan).
Como desventajas principales es que es la más cirujano dependiente y que la visión puede recuperarse algo más lentamente que en el caso del LASIK.
Es importante concluir que no hay técnicas mejores o peores en este campo, ya que lo importante es concretar cuál de ellas se adecua mejor a cada paciente. Un diagnóstico adecuado es clave para poder aplicar técnicas tan prometedoras como SMILE.