El test de osmolaridad: ¿En qué consiste?
22/11/2024
30/09/2024
La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, la membrana transparente que cubre el blanco del ojo y la parte interna de los párpados. Es una afección muy común en niños y puede ser causada por varios factores, como infecciones virales, bacterianas, alérgicas o irritantes.
Frente la sospecha de que un niño o niña padezca conjuntivitis es importante actuar de manera adecuada para aliviar los síntomas, prevenir la propagación en caso de infección y asegurar una pronta recuperación. En primer lugar, se debe identificar los síntomas: en las conjuntivitis infecciosas nos podemos encontrar con enrojecimiento, lagrimeo, secreción en forma de legaña amarilla o verde, sensación de arenilla o inflamación de los párpados; si el pequeño también tiene fiebre, dolor de garganta o malestar general, podría ser un indicio de conjuntivitis viral. En las conjuntivitis alérgicas el síntoma principal es el picor y la hiperemia pero también puede haber legaña blanca-amarillenta y edema palpebral. En cualquier caso, se deberá acudir a un especialista para que determine el diagnóstico.
Una vez confirmada la presencia de una conjuntivitis, es importante realizar el tratamiento adecuado para aliviar los síntomas y recuperar una buena salud visual. En este sentido, uno de los aspectos más importantes es mantener una buena higiene. Lavarse las manos antes y después de tocarle los ojos, lavarle las manos frecuentemente o evitar que se toque los ojos, son acciones imprescindibles. También se pueden usar toallas o pañuelos desechables para limpiar las secreciones y lavarlas o tirarlos inmediatamente después de su uso. Además de la higiene es necesario pautar el tratamiento específico (antibióticos, antiinflamatorios o antihistamínicos en función del tipo de conjuntivitis).
Dra. Anna Monés, oftalmóloga del Centro de Oftalmología Barraquer