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Entrevista al Dr. Francesc Duch Mestres, exalumno de Instituto Barraquer

24/01/2024

Trayectoria brillante: Entrevista exclusiva con un destacado exalumno de Instituto Barraquer.

Con una destacada carrera en oftalmología, el ex alumno del Instituto Barraquer, Dr. Francesc Duch Mestres ha dejado una marca indeleble en el campo. Tras obtener su Licenciatura en Medicina y Cirugía, se especializó en oftalmología como residente en el Centro de Oftalmología Barraquer. El Dr. Francesc Duch Mestres ha centrado su carrera en la oftalmología, donde acumula más de 25 años de experiencia como destacado oftalmólogo con especial atención en las áreas de cirugía del segmento anterior (córnea y catarata) y cirugía refractiva.

¿Qué le motivó a elegir el Centro de Oftalmología Barraquer para realizar su especialidad MIR en Oftalmología?

Muchos motivos influyeron en mi elección. Destaco la oportunidad de formarme junto al Profesor Joaquín Barraquer, una figura indiscutible en la oftalmología. Ser parte de un centro de referencia internacional y trabajar con destacados cirujanos oftalmólogos fue determinante. Poder participar en el diagnóstico y tratamiento de tantos casos, no sólo los más comunes de obligado conocimiento, sino también aquellos que pocas veces es posible tratar en la vida profesional. También las relaciones del centro con la universidad y con tantos centros nacionales y extranjeros, y por supuesto las recomendaciones de exalumnos, oftalmólogos de referencia y mi propio padre el Dr. Duch Bordás. Querría señalar, además, que, desde el primer día, he considerado siempre mi decisión un acierto y sigo agradeciendo la oportunidad que me brindaron el Profesor Barraquer y todo su equipo.

¿Cómo describiría la atmósfera de aprendizaje y la calidad de la formación en Instituto Barraquer durante ese período?

La atmósfera fue incomparable. Coincidir con especialistas nacionales e internacionales creó un ambiente excepcional en el que se mezclaban la camaradería, la profesionalidad, el intercambio de ideas diversas, la tolerancia, la amistad, la competitividad, el talento, el estudio y tantas cosas que fueron más allá del puro aprendizaje de nuestra especialidad, como el buen humor que siempre imperaba en todo momento. Fueron unos años que disfruté a fondo y que todavía recuerdo y comparto con tantos amigos con los que seguimos en contacto. La formación fue rigurosa y exigente, con opciones únicas como la biblioteca, el departamento de fotografía y una zona habilitada para la cirugía de instrucción pionera (el equivalente a los wet-lab actuales), proporcionando una base sólida para mi desarrollo profesional. Me gustaría destacar también la accesibilidad de todos nuestros tutores para ayudarnos y orientarnos en todo momento. Es cierto que en aquel momento echamos de menos más práctica quirúrgica, un aspecto que me consta ha mejorado sustancialmente con los años. Pero, por otro lado, tengo que señalar también, que una vez finalizada la especialidad y ya frente a mi primera queratoplastia, no tuve ninguna duda en cómo proceder.

Hablando de la interacción con el profesorado y expertos durante su formación, ¿cómo influyó este contacto directo en su comprensión y aplicación de los conocimientos oftalmológicos?

El contacto directo fue fundamental. Convivir estrechamente con profesores creó una relación de confianza. Esta especial relación brinda la oportunidad de aprender y comprender de la mejor manera posible y de aplicar luego los conocimientos adquiridos con el rigor y el sentido común que conocimos en el Centro de Oftalmología Barraquer. Luego, el tiempo pasa, y uno añade la experiencia, el trabajo y el esfuerzo diarios. Pero siempre queda aquella manera, aquel estilo, si se me permite, del que nos impregnamos durante el periodo de formación.

Dada su experiencia como Jefe de Residentes en el Centro de Oftalmología Barraquer, ¿cuál considera que fue la contribución más significativa que hizo durante ese período?

Ocupar el cargo de Jefe de Residentes fue un reconocimiento especial y siempre agradecí la confianza de todos. Mi trabajo fue muy sencillo, porque como ya he señalado el ambiente era muy positivo. Quiero destacar también que todo funcionaba sobre la base de la propia organización del centro, ya de por sí muy potente. Quizá me sentí especialmente involucrado en la dedicación a las sesiones clínicas y la participación en congresos, actividad que siempre me ha entusiasmado y que he continuado desde entonces.

¿Cuál cree que es la importancia de la formación en el campo de la oftalmología?

En cualquier campo la formación es fundamental y pienso que es la primera etapa y quizás la más importante en cualquier área profesional. Es la base de todo y la mejor inversión para el futuro, requiriendo dedicación de tiempo, esfuerzo, estudio y trabajo. Hoy en día, en el tiempo de la inmediatez y los cambios en la transmisión del conocimiento, puede resultar difícil asumir estos valores, de los que el Centro de Oftalmología Barraquer y sus profesores son para mí un ejemplo.

¿Cuáles son las lecciones más valiosas que ha llevado consigo de su tiempo en el Centro de Oftalmología e Instituto Barraquer, y de qué manera han influido en su carrera profesional posterior?

Las lecciones más valiosas incluyen la formación en un ambiente de rigor, responsabilidad respeto a los colegas y a los pacientes, estudio y trabajo. Y también, por qué no, el buen humor, esencial en la vida y para ejercer cómo médicos. Nunca olvidaré la agudeza y el ingenio del Profesor Barraquer, que nos hacía reír tantas veces a todos con sus comentarios.

¿Qué consejo le daría a alguien que esté pensando formarse en Instituto Barraquer?

Que no lo dude, y que se entregue a fondo. Que trabaje y estudie, que “exprima” a sus profesores, que se implique en todas las actividades, que investigue y participe en los congresos representando al centro, que intercambie ideas con todos sus compañeros y se relacione con los residentes de otros hospitales. Y por encima de todo que disfrute al máximo, tanto a nivel profesional como personal, de esta etapa única.

Finalmente, ¿cómo describiría la influencia continua del Instituto Barraquer en su enfoque clínico y su compromiso con la excelencia en la oftalmología a lo largo de los años?

El compromiso con la excelencia ha sido, en mi opinión, “marca de la casa” desde siempre y ha influido e influye en el modo de trabajar como oftalmólogos de muchos de nosotros. Y me gustaría destacar el compromiso con el enfoque técnico y el rigor profesional, pero también con el aspecto más humano de nuestra profesión. Ese aprendizaje, perdura luego durante toda nuestra vida profesional.

Este testimonio refleja el legado y compromiso del Instituto Barraquer con la formación de excelencia en oftalmología, dejando una huella imborrable en la carrera de quienes han pasado por sus aulas y quirófanos. Únete a nosotros en este viaje de descubrimiento y avance en la oftalmología, donde el conocimiento, la práctica, la dimensión humana y la visión del futuro convergen en un solo lugar: Instituto Barraquer.

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