La cirugía del iris: avances y aplicaciones
24/12/2024
01/03/2019
Maria Dolors siempre había tenido problemas de visión a causa de la miopía, con tres dioptrías en un ojo y cuatro en el otro.
Cuando le diagnosticaron también glaucoma de componente hereditario, decidió acudir al Centro de Oftalmología Barraquer por recomendación de varios de sus familiares que ya eran pacientes.
El diagnóstico
A su llegada al centro, Maria Dolors se visitó con la doctora Canut, coordinadora del Departamento de Glaucoma, que además de confirmar la existencia de glaucoma y la necesidad de operarse, detectó también una catara incipiente en ambos ojos que se podía extraer aprovechando la misma intervención.
Cirugía combinada de glaucoma y catarata
De esta forma, la doctora realizó una cirugía combinada de glaucoma y catarata, primero en el ojo derecho y quince días después en el izquierdo.
Maria Dolors afrontó la primera operación con cierto nerviosismo, aunque el trato amable del personal a lo largo de todo el proceso hizo de su paso por Barraquer una experiencia de lo más llevadera: “Me sedaron un poquito y no me enteré de nada”.
Esa noche la pasó en la clínica y recuerda con ternura cómo se entretuvo con su radio y la amabilidad del personal de planta que la iba visitando para controlarla.
A la mañana siguiente, le retiraron el parche del ojo y, con la visión recuperada, pudo irse a casa. “Si hubiera sabido desde el principio que no iba a notar nada de dolor, que al día siguiente iba a ver bien y que todo iba a marchar tan estupendamente, hubiese venido a operarme como quien viene a una consulta normal”, afirma convencida.
Cirugía en el ojo izquierdo
Recuperada de la primera intervención y con los nervios ya superados, Maria Dolors se sometió a la cirugía del ojo izquierdo con total tranquilidad y confianza.
De hecho, ella misma explica que en la clínica se siente “como en casa”. Además de tratar el glaucoma, al extraer las cataratas, la doctora Canut introdujo una lente intraocular en cada ojo para corregir la potencia dióptrica.
Gracias a ello, Maria Dolors ha podido dejar atrás los problemas de visión que la habían acompañado desde la niñez. Ahora únicamente necesita usar gafas de cerca para leer y realizar una revisión cada ocho meses.