Uso ilícito y manipulación de la imagen de la doctora Elena Barraquer
23/12/2024
09/08/2021
El orzuelo es una de las patologías más frecuentes en oftalmología. Es por ello que es importante saber la causa, el tratamiento, y sobre todo la prevención, para intentar evitar en lo posible que se repita o se cronifique.
Si bien no es una enfermedad grave, es molesta, dolorosa, y que en algunas ocasiones (si se enquista) precisa de cirugía.
En los párpados tenemos las glándulas que fabrican una secreción aceitosa necesaria para una correcta salud de la superficie ocular. Estas glándulas drenan su contenido en el borde palpebral. El orzuelo es la infección bacteriana de una (o más) de las glándulas sebáceas.
Suele aparecer como un nódulo, doloroso, rojizo, en el borde palpebral, a veces incluso se inflama todo el párpado. En ocasiones puede aparecer un punto de drenaje en la piel, o herida de la misma, y si son orzuelos internos pueden acompañarse de secreciones.
Cuando están en fase activa (doloroso, rojo, caliente…) el tratamiento indicado es:
El tratamiento se realiza entre una y dos semanas. En algún caso aislado está indicada la inyección de cortisona local. La gran mayoría de orzuelos se resuelven con el tratamiento (incluso algunos se resuelven solos), pero en algunos casos, pasada la fase aguda, se enquistan, formando lo que se llama un chalazión. Es un nódulo, duro e indoloro. Si con el tiempo se va haciendo pequeño, puede llegar a resolverse sin tratamiento, pero si no desaparece, la solución será una pequeña cirugía ambulatoria, con anestesia local para extirparlo.
La aparición de los orzuelos muchas veces está relacionada con el tipo de piel (acné, rosácea), blefaritis (inflamación del borde palpebral), niños que precisan corrección óptica y no llevan… u otras patologías oculares que deben ser tratadas.
Lo más importante sin duda es la prevención. El paciente debe realizar unas rutinas, y de esta manera evitar que salgan más orzuelos.
Según el caso es importante la limpieza diaria del borde palpebral con champú o toallitas. Una vez a la semana o cada dos semanas, aplicar diez minutos de calor seco y masaje para exprimir las glándulas. En casos recurrentes, con base rosácea pueden responder muy bien al tratamiento con antibiótico oral un par de meses (y ayudar así a la producción/limpieza de la glándula). Y en la actualidad, para aquellos casos crónicos y de difícil manejo con los tratamientos habituales aplicamos el tratamiento IRPL (Intense Regulated Pulsed Light), que consiste en una estimulación de las glándulas mediante luz pulsada. Es un tratamiento indoloro, no invasivo, y con muy buenos resultados.
Dra. Ainhoa Martínez Grau, oftalmóloga del Centro de Oftalmología Barraquer