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Siete consejos para escoger las gafas de los niños

10/04/2019

La elección de las gafas en el niño, debido a su corta edad y características faciales, no resulta una tarea sencilla y genera dudas a muchos padres y que frecuentemente consultan a nuestros oftalmólogos .

Es importante tener en cuenta una serie de recomendaciones a la hora de escoger el modelo más adecuado y garantizar así su correcta funcionalidad y por tanto la salud ocular de los más pequeños de la casa.

  1. Debemos elegir una montura que se adapte a la anatomía del rostro del niño. El puente debe ser directo (sin plaquetas), bajo o incluso invertido en el caso de los bebés. Los niños no tienen tabique nasal, por lo que si el puente está en la parte superior la gafa “resbalará” haciendo que el niño mire por encima de ellas.

  2. Las varillas han de ser flexibles, ajustables y con una longitud adecuada para evitar fricciones detrás de la oreja. Además, es recomendable el uso de “stoppers” en las patillas o bien una goma elástica detrás de la cabeza para evitar que la gafa se mueva.

  3. En general se recomienda montura de pasta, pues el material es ligero y resistente. En los bebés, preferimos el uso de montura de silicona, ya que aguanta las torsiones y se ajusta a las facciones de los más pequeños. Es preferible evitar monturas metálicas, ya que son más inestables. Si existe alergia al níquel, se puede optar por el titanio, resistente e hipoalergénico.
  4. Las gafas tienen que ser ovaladas o redondas, pues si son rectangulares, el niño mirará por encima de ellas y no cumplirán su función. Es un error pensar que hay que comprar las gafas grandes para cuando el niño crezca. El ojo debe quedar centrado respecto a la lente, de lo contrario, le molestará la montura.
  5. Escoger siempre lentes orgánicas, pues son más resistentes a la rotura y por tanto más seguras.
  6. Muchas veces el niño ve las gafas como su enemigo y rehúsa usarlas. Por ello, resulta de gran importancia motivarlo a utilizarlas implicándolo en la elección del modelo y color. El éxito de que las lleve, radicará en gran parte en que esté cómodo y se sienta bien con ellas.
  7. Es fundamental tener gafas de repuesto, pues es frecuente que el niño las rompa o deteriore con frecuencia. Debemos recordar que el desarrollo de la visión se inicia en el nacimiento y finaliza a los 8-9 años, por lo que si el niño necesita gafas y no las lleva, le puede condicionar para el resto de su vida.

Dra. Idoia Rodríguez Maiztegui

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