Vista cansada: síntomas y tratamientos quirúrgicos para corregirla

28/01/2025

La vista cansada, conocida médicamente como presbicia, es una afección ocular común que afecta a la mayoría de las personas a partir de los 40 años. Se caracteriza por la pérdida progresiva de la capacidad de enfoque en objetos cercanos, lo que puede generar incomodidad y dificultar actividades diarias como leer, escribir o utilizar dispositivos electrónicos. Aunque no es prevenible, existen diversos tratamientos, incluyendo opciones quirúrgicas, que pueden ofrecer soluciones duraderas. A continuación, exploraremos los síntomas más comunes de la vista cansada y los tratamientos quirúrgicos disponibles para su corrección.

Síntomas

La presbicia se desarrolla de manera gradual y sus síntomas suelen ser más notorios con el paso del tiempo. Entre los signos más comunes destacan:

1. Dificultad para leer letras pequeñas: Las personas con vista cansada suelen notar que necesitan alejar el texto para enfocar mejor, especialmente en condiciones de poca luz.
2. Fatiga ocular: La sensación de cansancio en los ojos es frecuente, sobre todo después de realizar tareas que requieren enfoque cercano durante períodos prolongados.
3. Dolores de cabeza: La sobrecarga visual puede provocar cefaleas, especialmente en quienes intentan compensar el problema forzando la vista.
4. Necesidad de iluminación más intensa: Es común requerir una luz más brillante para realizar tareas como leer o coser.
5. Visión borrosa a distancias cercanas: Los objetos cercanos pueden aparecer difusos, mientras que la visión a distancia permanece nítida en etapas tempranas.

Causas

La presbicia ocurre debido a una pérdida de elasticidad en el cristalino, la lente natural del ojo que permite enfocar a diferentes distancias. Con la edad, el cristalino se vuelve más rígido y menos flexible, lo que dificulta su capacidad para cambiar de forma y enfocar objetos cercanos. Este proceso es una parte natural del envejecimiento.

Corrección quirúrgica

Para quienes buscan una solución más permanente, se han desarrollado diversas técnicas quirúrgicas, aunque es importante destacar que ninguna ha logrado restaurar completamente la capacidad de acomodación natural del ojo. Entre las opciones disponibles se encuentran:

• Cirugía láser corneal: procedimientos como el LASIK modifican la forma de la córnea para aumentar la profundidad de foco, compensando la pérdida de acomodación del cristalino. Una variante es la monovisión, donde un ojo se ajusta para visión lejana y el otro para cercana. Sin embargo, estas intervenciones son irreversibles y requieren una evaluación cuidadosa.
• Implantes de lentes intracorneales: consiste en insertar pequeños lentículos en el espesor de la córnea para mejorar la visión cercana. Estos implantes pueden ser refractivos o actuar como diafragmas sin poder óptico. A diferencia de la cirugía láser, este método es reversible.
• Implantes de lentes intraoculares (LIO): implica reemplazar el cristalino natural por una lente artificial, ya sea bifocal, multifocal o de rango extendido. Este procedimiento es similar al utilizado en la cirugía de cataratas y puede corregir simultáneamente otros defectos refractivos como miopía, hipermetropía y astigmatismo. No obstante, no es adecuado para todos los pacientes, por lo que se requiere un estudio preoperatorio exhaustivo.

La elección del tratamiento más adecuado depende de múltiples factores, incluyendo la edad, el estado de salud ocular, las actividades diarias y las expectativas del paciente. Es fundamental realizar una evaluación oftalmológica completa para determinar la opción más conveniente y personalizada. Aunque la presbicia no tiene cura, las soluciones disponibles permiten mitigar sus efectos y mejorar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen.

Dr. Anton Barraquer, oftalmólogo del Centro de Oftalmología Barraquer