La topografía corneal
22/11/2023
La distrofia corneal es una enfermedad genética hereditaria que afecta la córnea, la pared transparente de forma circular situada en la parte anterior del ojo. Habitualmente afecta la parte central de la córnea de ambos ojos sin causar inflamación ocular en pacientes de entre 10 y 40 años y progresa lentamente.
La mutación en algunos cromosomas es la causa de esta enfermedad por lo que la presencia de esta enfermedad en la familia, especialmente en la más directa, es un factor de riesgo. Esta mutación conduce a la acumulación de materiales o sustancias que no deberían estar en la córnea. No se ha relacionado esta enfermedad con factores ambientales u otras enfermedades sistémicas.
Los tipos de distrofia corneal se clasifican según la capa de la córnea que está afectada:
Los síntomas de los pacientes con distrofia corneal son muy variables. Muchos de ellos no tienen ningún síntoma, especialmente en el inicio de la enfermedad. Los pacientes con afectación de las capas más superficiales suelen cursar con erosiones epiteliales recurrentes dando lugar a molestias y dolores oculares matinales que van y vienen.
Sin embargo, los pacientes con distrofias estromales suelen presentar disminución de la agudeza visual por los depósitos de sustancias anómalas en el área central de la córnea. La pérdida de visión también es el síntoma principal en pacientes con distrofias endoteliales.
En cambio, en este grupo de pacientes, la disminución de la visión es debido al mal funcionamiento de las células endoteliales cuya función es de evitar que haya exceso de líquido en la córnea y así, mantener la transparencia de la misma. Como consecuencia de la alteración celular en esta capa, el exceso de líquido penetra dentro de la córnea causando un edema corneal (cornea hinchada por retención de líquido) llevando a la pérdida de transparencia de la misma y a la disminución de la agudeza visual.
Hasta el presente, no hay ningún medio efectivo para prevenir esta enfermedad. En el futuro, la ingeniería genética puede ser una herramienta útil para cambiar y normalizar los cromosomas mutados causantes de esta enfermedad.
El tratamiento de la distrofia corneal depende del tipo de la misma, de los síntomas del paciente y de su gravedad.
Pacientes sin síntomas no requieren tratamiento.
Pacientes con erosiones recurrentes se tratan con colirios y pomadas lubricantes, con lente de contacto terapéutica o con láser excímero (PTK) según la severidad de la erosión y según la respuesta a cada tratamiento.
Pacientes con pérdida de visión importante debido a depósitos de materiales o sustancias anómalas en el estroma requieren un trasplante de córnea, sea un trasplante de grosor total (queratoplastia penetrante) o de solo de las capas más anteriores (queratoplastia anterior lamelar profunda).
En pacientes con acúmulo de líquido en la córnea por mal funcionamiento de las células endoteliales, el tratamiento consiste en colirios y pomadas hiperosmolares en las fases tempranas de la enfermedad. Si la disminución de la agudeza visual progresa y limita las actividades diarias del paciente, la opción sería el trasplante de córnea, ya sea un trasplante de grosor total o trasplante solo de las células endoteliales (queratoplastia posterior).