¿Qué es el osteoma coroideo?
El osteoma coroideo es un tumor benigno de la coroides (membrana vascular que tapiza el interior del globo ocular) compuesto de tejido óseo. La incidencia es mayor en el sexo femenino, en razas caucásicas y en pacientes jóvenes y sanos. Generalmente es de aparición unilateral y se localiza frecuentemente cerca del nervio óptico (región yuxtapapilar).
Síntomas
En general tiene un crecimiento muy lento y alejado de la mácula (parte central de la retina) por lo que solo da síntomas en etapas más evolucionadas.
Las manifestaciones clínicas comprenden desde leve visión borrosa hasta pérdida severa de la visión, pasando por la presencia de metamorfopsia (visión distorsionada) y alteraciones del campo visual.
Causas y factores de riesgo
Se trata de un tumor muy raro del que por el momento se desconoce su causa.
Prevención
No podemos prevenir la aparición de un osteoma coroideo pero sí podemos diagnosticarlo antes de que se desarrolle su complicación más temible y que más repercute en la visión final, que es la membrana neovascular coroidea.
Llegaremos al diagnóstico de sospecha realizando una valoración del fondo de ojo, donde observaremos la presencia de una lesión sobreelevada de bordes redondeados y bien definidos, de coloración amarillenta y generalmente con acúmulos pigmentarios irregulares en superficie.
Para confirmar el diagnóstico nos valdremos de una ecografía ocular donde detectaremos una masa coroidea con contenido cálcico (tejido óseo). Otras pruebas, como el escáner craneal (TAC craneal) o la resonancia magnética craneal (RMN craneal) mostrarán igualmente la presencia de una placa ósea cerca del nervio óptico.
La importancia de su diagnóstico radica no tanto en diagnosticar esta lesión “per se” como la de realizar el diagnóstico diferencial con otras tumoraciones malignas del globo ocular que puedan comprometer, no solo la visión, sino también la supervivencia de los pacientes, como es el caso del melanoma coroideo maligno o las metástasis coroideas.
También conviene distinguirlo de otras enfermedades y tumores benignos potencialmente graves para la visión, como son: el hemangioma coroideo, la coroidopatía central serosa, la coroiditis serpiginosa, etc.
Tratamientos
El pronóstico visual va ligado al crecimiento tumoral y al control de la neovascularización coroidea a la que frecuentemente se asocia.
Para el primero no hay tratamientos lo bastante efectivos para limitar el crecimiento del osteoma coroideo sin dañar los tejidos que lo circundan, aunque en muchas ocasiones estos tumores no muestran crecimiento o lo hacen de modo muy lento, incluso en décadas.
Para las membranas neovasculares el tratamiento de elección serán las inyecciones intravítreas de antiangiogénicos, como en otras causas de neovascularización coroidea.