El test de osmolaridad: ¿En qué consiste?
22/11/2024
03/01/2023
La exploración del fondo de ojo, conocida técnicamente como oftalmoscopia, es una de las pruebas más habituales en las revisiones oftalmológicas. Se trata de una prueba sencilla e indolora que permite obtener información completa sobre las principales estructuras de la parte posterior del globo ocular: nervio óptico, mácula, arcadas vasculares, retina periférica y coroides. Los resultados obtenidos nos ayudan a diagnosticar y hacer seguimiento de diferentes patologías del ojo y, eventualmente, decidir el mejor tratamiento de las mismas.
Los oftalmólogos realizan la exploración mediante un instrumento denominado oftalmoscopio, que permite visualizar al fondo del ojo mediante una fuente de luz y un sistema de lentes. El acceso se realiza a través de la pupila, por lo que en la mayoría de los casos es necesario dilatarla previamente con la aplicación de un colirio. Por ello, se recomienda acudir acompañado a la consulta ya que tras la realización de la prueba las pupilas seguirán dilatadas y la visión será borrosa durante unas horas.
Patologías frecuentes como la degeneración macular asociada a la edad, la miopía o la retinopatía diabética, entre otras, pueden ser diagnosticadas con esta prueba tan inocua. Por este motivo, desde el Centro de Oftalmología Barraquer, recomendamos una valoración del fondo de ojo de manera periódica para descartar dichas enfermedades y mantener una buena salud ocular.
Dra. Sònia Viver, oftalmóloga del Centro de Oftalmología Barraquer