Uso ilícito y manipulación de la imagen de la doctora Elena Barraquer
23/12/2024
27/09/2024
Circulamos en verano por carretera, a mediodía. Hace calor y no se ve ni una nube; no ha llovido desde hace semanas. Al fondo de una recta aparecen como unos grandes charcos en la distancia. El cielo e incluso los coches que circulan más lejos se reflejan en ellos. Pero al acercarnos desaparecen: el asfalto está completamente seco.
El espejismo es la forma más común de percepción engañosa: un fenómeno óptico natural, en el que el cielo y los objetos lejanos aparecen reflejados en una superficie que parece líquida. Los rayos luminosos son desviados por cambios o gradientes de temperatura: el aire caliente junto al asfalto produce refracción y “curva” los rayos: crea una imagen inferior que “refleja” el cielo como si hubiese agua. Se trata de un espejismo inferior, como los típicos de los desiertos: la imagen “falsa” se ve por debajo del objeto real.
O lo contrario: una imagen flota “suspendida” por encima del horizonte. Se trata de un espejismo superior, más raro: se da en situaciones de inversión térmica, cuando hay una masa de aire más frío abajo y otra más cálida por encima. Suele aparecer en regiones polares o bien en otras latitudes sobre una extensión de agua fría y una capa de aire caliente a mayor altitud. El efecto típico es de una costa lejana, muy elevada y abrupta, y a veces como si hubiese barcos o ciudades costeras flotando en el cielo.
Para que se produzca un espejismo superior, el observador ha de estar a la altura de un “conducto” atmosférico, entre el aire frío abajo y el caliente arriba. Aquí los rayos de luz se arquean en forma paralela a la curvatura de la Tierra, lo que explica que puedan verse objetos como el sol naciente o los barcos lejanos, situados más allá del horizonte geométrico. En función de su distancia y las condiciones ópticas, tales objetos aparecerán rectos o invertidos, incluso alternando entre ambas formas.
A diferencia de las llamadas “ilusiones ópticas”, que pese a este nombre suelen ser de naturaleza perceptiva, el espejismo es un fenómeno óptico real y pueden tomarse fotos del mismo, aunque su interpretación por la mente pueda ser ilusoria. Llama la atención que, mientras la etimología del español hace referencia al efecto especular, la de otras lenguas como el francés o el inglés (“mirage”, de latín mirare) apunte a la propia fascinación de la mirada. Junto con los espejismos, hay términos como los trampantojos, las pareidolias o las alucionaciones, que sin formar parte de las ilusiones perceptivas, nos ayudan a definirlas y comprenderlas. Revisaremos estos conceptos en futuras entregas.
El fenómeno de la Fata Morgana
Una variante compleja de espejismo superior se conoce como “Fata Morgana” (versión italiana del hada y hermanastra del Rey Arturo, famosa por su habilidad para metamorfosearse), a partir de su observación en el estrecho de Messina. Se trata de un espejismo que cambia rápidamente según las fluctuaciones atmosféricas, alterando zonas de la imagen estiradas y comprimidas, directas e invertidas.
Prof. Rafael I. Barraquer, director médico del Centro de Oftalmología Barraquer