La cirugía del iris: avances y aplicaciones
24/12/2024
15/02/2023
En invierno el sol, el frío y el viento tienen una gran incidencia sobre nuestros ojos. En la montaña, estos factores influyen de manera especial en nuestra salud ocular, hecho por el cual es esencial el uso de gafas o máscaras de nieve para evitar lesiones oculares.
Las principales características a tener en cuenta en la elección de unas buenas gafas o máscaras son el color y el filtro de la lente, su graduación y el tamaño. En cuanto al filtro debemos saber que todas las máscaras de nieve filtran el 100% de los rayos UVB y UVA. Los colores más frecuentes para el uso en montaña son el gris, el amarillo y el rosado. El color gris consigue una mayor protección contra la luminosidad y una percepción precisa de los colores. El color amarillo capta muy bien los contrastes y ayuda a disminuir la fatiga visual. Por su lado, el color rosado se utiliza en los deportes de nieve porque mejora el campo visual.
Por otro lado, también existen las máscaras con lentes polarizadas, que son optimas para situaciones de luz directa y luz reflejada, como sucede en el esquí y la navegación. En estas situaciones la exposición lumínica se ve acentuada por la luz que llega al esquiador reflejada desde la nieve y este tipo de máscaras la elimina de entrada gracias a la polarización de dichas lentes.
Si en tu día a día utilizas gafas existen dos opciones para adaptarlas a tu máscara. Puedes adquirir una máscara con diseño OTG (Over The Glasses), que se coloca sobre tus gafas, o bien puedes utilizar un adaptador de graduación. En este caso, se trata de un suplemento de plástico que soporta dos lentes graduadas y que se encaja en el interior de la máscara. Tu óptico de confianza puede ayudarte a realizar esta adaptación.
Finalmente, el tamaño de la máscara juega un papel fundamental en su correcta colocación en el rostro. Elegir una que se adapte a nuestra cara nos ayudará a sentir un mayor confort y evitará la condensación en la parte interior de la lente. Un tamaño correcto, junto con un buen diseño de ventilación, nos permitirá conseguir un adecuado flujo del aire e impedirá que la cámara se empañe, además de lograr una buena temperatura y controlar la aparición de sudor.
Raúl Angulo, optometrista del Centro de Oftalmología Barraquer