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Hablamos con Ignacio Elizalde Montagut

Ignacio Elizalde Montagut

14/08/2024

Licenciado en Ciencias Empresariales y Máster en Administración de Empresas por ESADE, se incorporó al Centro de Oftalmología Barraquer en 1988, y ocupa el cargo de gerente desde el año 2004. Durante estos años ha impulsado la modernización de los procesos del centro, la implantación de políticas de calidad, y ha apostado por la profesionalización de la estructura organizativa. Valora contar en su equipo con profesionales excelentes que sean buenas personas (“bona gent i gent bona”).

Con raíces que abarcan tanto familia Barraquer como la familia Elizalde, que tuvo una destacada participación en la industria automotriz y aeronáutica en Barcelona, ¿cómo crees que esta combinación de legados ha enriquecido tu perspectiva?

Nuestros padres nos inculcaron el valor del esfuerzo y del trabajo bien hecho desde muy pequeños, y nos facilitaron, tanto a mí como a mis hermanos, todos los medios para conseguir nuestros objetivos, por lo que siempre les estaremos agradecidos. Sin duda, el ejemplo cercano de las sagas familiares de prestigio nos motivó a elevar el listón de nuestros retos, y a esforzarnos al máximo para conseguirlos.

En tus 20 años como gerente del Centro de Oftalmología Barraquer ¿cuáles consideras que han sido los logros más significativos y cómo han contribuido al crecimiento y éxito de la institución?

A esos 20 años, hay que sumar otros 16 en los que tuve la oportunidad de aprender desde la base el funcionamiento de los diferentes departamentos de la clínica (recepción, admisiones, quirófano, facturación, informática…). Esa visión me ha permitido entender que todas las áreas están interrelacionadas, y que se deben coordinar para ofrecer la mejor atención a nuestros pacientes. El éxito de Barraquer está basado en la calidad de su equipo, tanto desde el punto de vista profesional como por sus cualidades humanas, y mi misión como gerente es poner a su disposición las mejores condiciones de trabajo, en un ambiente agradable. Todo ello, al final, repercute en el paciente, y Barraquer siempre se ha distinguido por ese trato cercano, lo cual ha permitido el crecimiento y el éxito de la institución desde su inicio, hace más de 80 años.

¿Cómo es tu día a día? ¿Qué aspectos de tu trabajo te apasionan más?

Estoy muy orgulloso del equipo de gestión del centro, pues son grandes profesionales y, sobre todo, quiero destacar su calidad como personas. En mi día a día, me apoyo mucho en el equipo, así como en los diferentes responsables de área, e intento ofrecer la confianza y cercanía necesarias para lograr nuestros objetivos. Mi mayor satisfacción es contribuir a resolver situaciones complejas, ya sea a nivel de relaciones interpersonales como de departamentos, y facilitar el entendimiento entre todas las partes.

¿Podrías compartir alguna anécdota o desafío particular que hayas enfrentado como gerente?

Recuerdo especialmente el impacto que supuso la declaración del estado de alarma en marzo de 2020, a raíz de la pandemia, que nos obligó a cancelar los centenares (o miles) de visitas y cirugías programadas para las semanas siguientes. Todo el esfuerzo que supone llenar las agendas se vino abajo en pocos días, pero afortunadamente, la actividad se recuperó en los meses siguientes, de forma progresiva. Yo creo que todos aprendimos mucho de esa situación tan excepcional y con mucho trabajo, y un equipo cohesionado, se consigue todo.

¿Cómo se ha mantenido el centro a la vanguardia en cuanto a tecnología y técnicas oftalmológicas en un campo tan dinámico y en constante evolución como el de la oftalmología?

El modelo que han seguido las generaciones de la familia Barraquer (ya estamos en la 5ª) siempre ha sido situar al paciente en el centro de sus prioridades. Por tanto, las decisiones se toman pensando en el bien del paciente, no en la rentabilidad de un tipo de tratamiento u otro, que evidentemente, es un factor que se estudia y se tiene en cuenta. La presencia activa en congresos por parte del equipo médico permite conocer los últimos avances tecnológicos, por lo que el centro dispone del mejor equipamiento, siempre que la Dirección Médica lo considere adecuado.

Uno de los aspectos más destacados del Centro de Oftalmología Barraquer es su enfoque en la atención personalizada y el trato humano. ¿Cómo os aseguráis de que cada paciente se sienta atendido de manera individualizada y especial?

El lema del centro desde sus inicios es “Tratemos al paciente como querríamos ser tratados en su lugar”. Por todo ello, en los procesos de selección de personal, se valora mucho el perfil humano de los aspirantes, para que encajen con esta filosofía de empresa. Para que el lema no quede en una simple declaración de intenciones, estamos muy pendientes de comprobar y medir el grado de satisfacción de los pacientes respecto a los diferentes servicios que ofrecemos (consultas externas, urgencias, cirugía), realizamos un seguimiento pormenorizado de comentarios en redes sociales, etc.

Mirando hacia el futuro, ¿cuáles son tus perspectivas y metas para el centro en los próximos años?

Los retos tecnológicos que se nos presentan son abrumadores: irrupción de la inteligencia artificial, nuevos implantes y materiales quirúrgicos, equipamiento cada vez más sofisticado y costoso, etc. Pero la esencia de la medicina no se debe perder nunca. Dispondremos de cada vez más ayudas tecnológicas, pero los profesionales deberán aportar ese trato humano tan necesario para los pacientes. Y en Barraquer seguiremos apostando por las dos vías: contar con la tecnología más avanzada, manteniendo el trato cercano a los pacientes. Contar con la confianza de los pacientes es fundamental.

Con un trabajo tan absorbente ¿qué haces para desconectar?

Para mí, es primordial llevar una vida sana y saludable, practicando deporte moderado en un entorno natural, siempre que sea posible. Intento desplazarme por Barcelona caminando o en transporte público, pues ayuda a mantener el contacto con la realidad. La música de raíz americana (folk, country, blues…) es otra de mis grandes aficiones, e intento asistir a conciertos. Y, por otra parte, creo que es importante relativizar los problemas, pues muchas veces, lo que denominamos “problemas” son solo situaciones que se acabarán resolviendo, con dedicación, tacto y paciencia. Y también intento ser agradecido: tengo una familia fantástica, un trabajo motivador, buena salud, amistades… ¡Soy un privilegiado!

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