Los síntomas del desprendimiento de retina
18/11/2024
04/12/2023
En el mismísimo Partenón de la acrópolis de Atenas, paradigma de la perfección arquitectónica clásica, pueden medirse sutiles “imperfecciones” que probablemente fueron intencionales con el fin de crear un efecto de perspectiva más “natural”. Así, existen unas leves combaduras del pedestal, el arquitrabe y las columnas de la fachada, que no son equidistantes, las cuales evitarían una apariencia demasiado rectilínea y compensarían el efecto de la visión del edificio desde una distancia relativamente cercana.
La introducción de elementos arquitectónicos en la pintura formando perspectivas ilusionistas fue posiblemente un recurso habitual en la decoración de las villas romanas, con objeto de crear un efecto de profundidad tridimensional, como muestran diversos murales de Pompeya.
Con el Renacimiento se recupera el arte de la perspectiva, perdida durante la Edad Media. La perspectiva ilusionista resulta fundamental para la creación de trampantojos, y florece en especial durante los periodos manierista y Barroco, en los frescos murales de paredes y techos de iglesias y palacios. Para ello resulta muy útil la combinación de elementos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos. Esto encuentra su campo más natural en el de la escenografía. Así, el célebre escenario del Teatro Olímpico de Vicenza produce la ilusión de profundas calles por medio de una serie de decorados de tamaño decreciente.
En la actualidad, la perspectiva ilusionista es un elemento común en los trucos cinematográficos, el arte surrealista y el hiperrealista, desde sus formas pictóricas tradicionales hasta nuevas manifestaciones como la decoración de muros medianeros o la efímera pintura callejera a la tiza.
Independientemente de su finalidad, el empleo de recursos como la perspectiva ilusionista revela el conocimiento, quizá intuitivo, que los artistas tenían ya desde antiguo de los mecanismos de la percepción visual y de cómo manipularlos para crear un determinado efecto.
Profesor Rafael I. Barraquer, director médico del Centro de Oftalmología Barraquer