¿Qué patologías oculares están asociadas a la diabetes?
09/11/2021
Se consideran personas con baja visión aquellas que tienen dificultades para desenvolverse en su vida cotidiana a causa de alteraciones en la vista y cuya limitación no puede resolverse ni por medios oftalmológicos ni ópticos. El aumento de la esperanza de vida ha supuesto la aparición de patologías visuales frecuentes en edades muy avanzadas.
Las patologías más frecuentes son la degeneración macular, la retinopatía diabética, y el glaucoma. Se calcula que en España hay más de 2 millones de personas que padecen baja visión de los que solo una minoría están atendidos profesionalmente. Más de un 80% de los pacientes poseen una parte de la visión que puede ser aprovechada y potenciada de forma que pueden volver a realizar las actividades de la vida diaria de forma autónoma e independiente.
La baja visión no tiene solución, pero sí es posible aprovechar las zonas de la retina que se encuentran en mejor estado y encontrar soluciones para potenciarla de forma que los pacientes pueden realizar las actividades de la vida diaria de forma autónoma e independiente.
A través de un completo examen oftalmológico, con el apoyo de centros de baja visión, se elabora un programa de rehabilitación personalizado que se complementa con la prescripción de ayudas técnicas que proporcionan el aumento necesario en cada caso. Se realizan entrenamientos en el uso de determinados aparatos; por ejemplo, cómo sujetar una lupa, la lupa electrónica portátil, cómo localizar o enfocar con los telescopios (mediante sistema Galileo), la iluminación más idónea para cada actividad de la vida diaria a través lentes con filtros para controlar los deslumbramientos (polarizados, CPF o FCD).
Se entrena en cómo reconocer dinero o prendas de ropa, cuidado personal, cocinar sin riesgos, etc. Y cómo desenvolverse en el transporte público, cruzar con seguridad, desplazamiento con bastón. La ayuda psicológica es importante y se apoya mediante conferencias y terapia personalizada.