Blefaroláser: nueva técnica para la blefaroplastia
27/05/2024
Las malposiciones palpebrales son los cambios en la posición correcta de los párpados, ya sean los superiores o los inferiores. Estas alteraciones son frecuentes, afectando a la estética normal de los párpados y pueden provocar problemas visuales en casos determinados.
Depende del tipo de malposición palpebral los síntomas que puede presentar el paciente son diferentes. La ptosis, si afecta al eje de visión, puede provocar disminución del campo visual. Los pacientes con entropión pueden tener sensación de roce con la superficie ocular, lagrimeo, irritación o incluso, puede afectar a la visión si causa heridas corneales.
El ectropión puede provocar irritación, enrojecimiento de la superficie ocular, sensación de cuerpo extraño, lagrimeo y predisposición a sufrir infecciones de la superficie ocular.
El cambio en la posición de los párpados suele ser secundario a una pérdida de elasticidad de los tejidos debida al envejecimiento, aunque también pueden aparecer como resultado de una parálisis del nervio facial o de cicatrices. El envejecimiento es la principal causa.
Las malposiciones no tienen prevención, pero sí pueden tratarse precozmente, ya que pueden diagnosticarse mediante un examen oftalmológico.
Las malposiciones se tratan con cirugía. La finalidad de la cirugía es recolocar el párpado para que se recupere su función y su apariencia estética. En el caso de pacientes con ptosis la cirugía actúa sobre el músculo elevador del párpado superior, reposicionándolo para que la altura del párpado sea la correcta permitiendo una buena visión.
Esta puede realizarse por vía externa (a través de la piel) o por vía interna (a través de la conjuntiva): la elección de una u otra técnica depende del resultado de un test que se realiza en la consulta del oftalmólogo.
Para el entropión y el ectropión es importante una correcta valoración de todas las estructuras del párpado, para seleccionar la mejor opción de tratamiento en cada caso. Por ejemplo pacientes que han sido sometidos a cirugías o bien tienen cicatrices secundarias a accidentes, la técnica quirúrgica de elección va encaminada a reconstituir la capa del párpado que se encuentra afectada, ya sea la piel o bien la conjuntiva mediante injertos.
En caso que sea debido a la edad, la cirugía suele ser la tira tarsal, en la que mediante una pequeña incisión en el canto externo del ojo se ancla de nuevo el margen del párpado al reborde óseo para volver a recolocarlo en su posición normal. En la mayoría de los casos, las diferentes cirugías existentes ofrecen una solución inmediata a la malposición palpebral y sus complicaciones asociadas.