10/04/2020
Si no hay causa médica que lo justifique, la retención de líquidos puede ser causa de unos malos hábitos alimentarios y de estilo de vida. ¿Qué podemos hacer?
- Reducir el uso de sal. Acostúmbrate a condimentar con hierbas o especies.
- Evitar alimentos muy procesados y/o ricos en sodio: salsa de soja, kétchup, enlatados, encurtidos, precocinados, patatas fritas, embutidos, quesos, ahumados, patés…
- Aumentar el consumo diario de alimentos ricos en potasio como frutas, hortalizas y legumbres. Deben ser la base de tu alimentación.
- Mantener un peso corporal adecuado ya que el exceso de grasa corporal dificulta el correcto almacenamiento del agua.
- Hidratarse solo con agua. Bebe en función de tu sed, pero evita bebidas alcohólicas o azucaradas porque deshidratan (cerveza, vino, zumos, refrescos…). Una buena opción es preparar una botella de agua aromatizada con trozos de fruta o hierbas o especias como menta, anís estrellado, clavo o canela en rama.
- Mantener una vida activa. El sedentarismo es una de las principales causas de la retención de líquidos. ¡Muévete! Evita estar más de dos horas sentado sin moverte.
- Descansar. Asegúrate de que tus horas de sueño sean suficientes y de calidad.
Prueba a seguir estos consejos y te aseguramos que notarás el cambio rápidamente. Y si necesitas ayuda, asesórate con un profesional cualificado.