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12/08/2024
Las cataratas son una de las causas más frecuentes de pérdida de visión y se deben a la pérdida de transparencia del cristalino, la lente natural del ojo.
El cristalino de manera natural y debido al envejecimiento pierde su transparencia lo que se traduce en una disminución de la agudeza visual. Aunque la mayoría están relacionadas con la edad, existen otros tipos como las cataratas congénitas (presentes desde el nacimiento), secundarias a ciertas enfermedades (uveítis, diabetes), medicamentos (corticoides) o traumatismos oculares.
Normalmente se desarrollan lentamente, por lo que los síntomas aparecen de forma progresiva:
Visión borrosa o nublada en visión lejana.
Deslumbramiento con la luz del sol, con las lámparas o focos de los coches por las noches.
Un especialista podrá valorar si existe una catarata incipiente en cada paciente, para lo cual es muy conveniente someterse a revisiones periódicas, tanto en el caso de utilizar gafas o lentes de contacto como si no se usan.
Se pueden clasificar según su causa, o bien en función de la zona de opacidad del cristalino.
Cataratas seniles
Las seniles son las más frecuentes, y están vinculadas a la edad.
Cataratas metabólicas
Las metabólicas son aquellas que aparecen asociadas a enfermedades metabólicas, las más frecuente de las cuales es la Diabetes Mellitus.
Cataratas congénitas
Las congénitas son aquellas que están presentes al nacer o que se desarrollan durante los primeros meses de vida. Su aparición puede asociarse con condicionantes genéticos o bien con alguna enfermedad sufrida por la madre durante el embarazo, como la rubeola o la toxoplasmosis.
Cataratas traumáticas
Las traumáticas son aquellas que se producen tras un traumatismo ocular.
Cataratas tóxicas
Las tóxicas son aquellas que aparecen asociadas al uso crónico o al abuso de algunos fármacos o tóxicos, siendo los corticoides el elemento causal más frecuente.
Asimismo, dependiendo de la zona del cristalino opacificada, podemos diferenciar:
Cataratas nucleares
Las cataratas nucleares, en las que es el núcleo o centro del cristalino el que está principalmente opacificado. La catarata nuclear suele evolucionar lentamente y afecta más la visión lejana que a la cercana. Son las más frecuentes, y suelen asociarse con la edad.
Cataratas corticales
Las cataratas corticales, en las que se opacifica la corteza o envoltura del cristalino. Son menos comunes que las nucleares, y afectan más la visión de cerca.
Cataratas subcapsulares posteriores
Las cataratas subcapsulares posteriores, que se desarrollan en la capa más externa del cristalino: la cápsula posterior. Este tipo suele progresar con bastante rapidez, y se acompaña de deslumbramiento.
La observación y descripción cuidadosa de las cataratas durante el examen con lámpara de hendidura tiene una relevancia importante en la elaboración de la historia clínica oftalmológica de cada paciente.
Por un lado, permite valorar la progresión de la catarata de una visita a otra; por otro lado, su tipo y grado condicionan la elección de la técnica quirúrgica más adecuada para eliminarla, y alertan de posibles riesgos intraoperatorios propios de cada tipo.
El tratamiento definitivo sigue siendo quirúrgico.
La cirugía de las cataratas es en la actualidad un proceso rápido e indoloro, altamente efectivo y con escasos riesgos. La operación de cataratas consiste en aspirar el contenido del cristalino opacificado y reemplazarlo por una lente intraocular.
Las lentes intraoculares están en constate evolución tecnológica, tanto en su diseño como en los materiales. Actualmente existen varios tipos de lentes intraoculares:
La recuperación postoperatoria es rápida y permite recobrar una visión normal.
El láser de femtosegundo puede utilizarse en la cirugía de cataratas.
Será el cirujano quien decidirá la mejor opción después de valorar individualemente cada caso, dependiendo de las expectativas de cada persona y de su condición anatómico-funcional.
Preguntas Frecuentes