Enfermedades oculares poco comunes
28/02/2022
La discromatopsia es una alteración en la percepción de los colores. Cuando existe una incapacidad completa al reconocimiento de la tabla cromática se denomina acromatopsia.
Existen dos tipos de discromatopsias dependiendo de su origen: las congénitas o hereditarias y las adquiridas. El término daltonismo hace referencia a las discromatopsias de origen congénito.
Las células responsables de la visión de los colores (visión cromática) son los fotorreceptores de la retina denominados conos. Éstos están localizados mayoritariamente en la porción central llamada mácula. Existen tres tipos de conos en función del color que son capaces de percibir: rojo (con longitud de onda de 549 a 570nm), verde (522 a 539nm) y azul (114 a 424nm). La mezcla de estos tres colores primarios dan lugar los 200 tonos diferentes que el ojo es capaz de percibir.
Las discromatopsias congénitas se clasifican según los colores que son capaces de percibir:
– Protanopia: ausencia de los conos que perciben el color rojo
– Tritanopia: están ausentes los fotorreceptores que codifican el color azul. Es la menos frecuente.
– Deuteranopia: ausencia de la percepción del espectro del color verde.
– Protanómalos: alteración rojo–verde por mal funcionamiento de los conos sensibles al rojo.
– Deuteranómalos: deficiencia al verde por alteración en el funcionamiento de los conos sensibles al verde.
– Tritanómalos: déficit en el espectro azul-verde por alteración en los conos que identifican al color azul.
La discromatopsia puede tener su origen en un trastorno genético o de forma adquirida. La discromatopsia de origen hereditario se debe a una alteración del cromosoma X. Eso da lugar a que la transmisión es realizada por las mujeres pero son los hombres los que padecen el trastorno.
Son múltiples y muy variadas las causas adquiridas que pueden dar un cierto grado de discromatopsia. Dentro de una misma patología puede haber muchos tipos de alteraciones en la percepción del color sin existir ninguna específica de una entidad determinada. Las más frecuentes son las enfermedades de la mácula (donde existe un número muy abundante de las células responsables de la percepción del color, los conos).
Dentro de estas, resaltamos especialmente la degeneración macular asociada a la edad, patología que modifica la anatomía de la mácula y, por consiguiente, las células ahí localizadas. Otras patologías pueden ser de origen infeccioso o tóxico. Diversas anomalías como la formación de cataratas o alteraciones del nervio óptico pueden dar lugar a diferentes tipos de discromatopsias.
Las diferencias en cuanto a la sintomatología entre las discromatopsias de origen congénito y las adquiridas son importantes de conocer a la hora de realizar el diagnóstico diferencial. Las adquiridas suelen ser asimétricas, se asocian a otras alteraciones funcionales más allá de la percepción de los colores anómala y suelen afectar a los ejes rojo-verde y azul-amarillo. Las congénitas, por otro lado, suelen ser bilaterales y simétricas, el resto de funciones visuales suelen estar conservadas, la alteración suele ser estable en el tiempo y el defecto más frecuente es el rojo-verde.
Existe una variada amalgama de test específicos de la visión cromática.
Destacamos los dos más utilizados: