La apnea del sueño y su relación con el glaucoma
12/06/2024
El glaucoma es una enfermedad crónica del nervio óptico irreversible que puede deberse a varias causas y cuyo factor de riesgo más importante es la presión intraocular (PIO) elevada.
Constituye la segunda causa de ceguera del mundo occidental y el 50% de las personas que lo padecen en países desarrollados no lo saben.
Hablamos de glaucoma cuando constatamos que el nervio óptico (que actúa como conductor de la información desde el ojo hasta el cerebro) está afectado. En cambio hablamos de hipertensión ocular cuando únicamente la PIO esta elevada, sin defecto en el nervio óptico.
La PIO está determinada por la producción del humor acuoso (líquido responsable del tono ocular), y por la resistencia y dificultad en su drenaje.
Existe una gran variedad de tipos de glaucoma aunque en términos generales lo podemos clasificar según su origen (primario y secundario) y según la amplitud angular (ángulo abierto o cerrado).
En la mayoría de afectados el glaucoma no suele mostrar síntomas hasta fases avanzadas de la enfermedad, cuando el daño ocular es significativo.
Esto ocurre porque se produce una pérdida de visión lateral, que el paciente no advierte porque el cerebro tiene la capacidad de compensar la visión perdida y rellenar las zonas ciegas combinando las imágenes de ambos ojos para dar una imagen completa.
Es por esto que se le llama la enfermedad silenciosa y su detección precoz es crucial.
El diagnóstico del glaucoma es de vital importancia ya que es una enfermedad crónica que apenas da síntomas hasta que está muy avanzada, cuando la visión ya es en forma de túnel.
Factores de riesgo para la aparición del glaucoma
Factores que pueden condicionar la evolución del glaucoma
La mayoría de tratamientos del glaucoma van encaminados a aumentar el drenaje y en algunos casos a disminuir la producción de humor acuoso.
Los principales tratamientos son tres, de menos a más invasivos:
Tratamientos médico-farmacológicos
Tratamiento láser de carácter ambulatorio
Tratamiento quirúrgico
La detección precoz y el tratamiento a tiempo mejoran ostensiblemente el pronóstico visual de la enfermedad y pueden evitar la progresión hacia la ceguera.
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