Efectos de la hipertensión arterial en la salud visual
17/05/2024
La retinopatía hipertensiva se define como el conjunto de alteraciones que aparecen en el fondo del ojo como consecuencia de la presencia de la hipertensión arterial.
Hasta el 40% de la población padece hipertensión arterial según datos facilitados por la Sociedad Española de Hipertensión Arterial. Esto indica que gran parte de los afectados desconoce que la padece. Una revisión en profundidad de la retina nos puede hacer sospechar que un paciente sufre esta patología.
La hipertensión arterial actúa de forma silenciosa durante bastante tiempo provocando cambios en el árbol vascular del paciente sin que éste sea consciente del daño crónico que está sufriendo. Asimismo, si coexisten otros factores de riesgo como diabetes mellitus, obesidad o tabaquismo entre otros, aumenta el riesgo de sufrir alteraciones trombóticas en la retina.
La retina es la única parte de nuestro cuerpo donde se pueden observar los vasos sanguíneos (tanto venas como arterias) de forma directa y, en muchos casos, son un reflejo del estado de la vasculatura del resto del cuerpo. De ahí la importancia de realizar revisiones periódicas del fondo del ojo en pacientes con hipertensión arterial.
En función del tiempo de evolución se pueden dividir en:
La mayoría de pacientes, aun presentando los signos clínicos descritos, permanecen asintomáticos un largo período de tiempo.
La principal complicación de la retinopatía hipertensiva es la oclusión tromboembólica de los vasos sanguíneos. Ésta puede ser de tres tipos:
Si en alguna patología hay que ser muy estrictos en su prevención, esa es la hipertensión arterial. Se debe controlar sus valores de forma periódica siendo más insistentes en aquellos que ya la padecen. Independientemente de la medicación que se paute existen diferentes consejos de vida saludable que se deberían realizar como: abandonar el tabaco en el caso de los fumadores, realizar actividad física de manera frecuente o llevar una alimentación sana con bajos niveles de sal en la dieta.
Asimismo es recomendable realizar una visita al oftalmólogo de forma anual donde se dilatará la pupila y se evaluará el estado de la retina para descartar la presencia de los signos clínicos descritos con anterioridad.