Blefaroláser: nueva técnica para la blefaroplastia
27/05/2024
Los párpados caídos corresponden a la patología de ptosis palpebral. Se trata de una situación en la que, por muchas diversas causas, el párpado superior no se puede abrir con normalidad, y los pacientes son incapaces de abrir los ojos con normalidad ni naturalidad, lo que hace que la visión pueda verse afectada en muchas ocasiones por un fallo de apertura palpebral.
Existen muchas y diversas causas de ptosis palpebral. No obstante, todos los pacientes acuden por notar el “párpado caído”. Esta puede ser una afectación meramente estética, o llegar a afectar incluso a la visión porque el párpado superior simplemente “tapa” la pupila y la persona afectada es incapaz de ver por ese ojo.
En los niños es donde este hecho es más importante, puesto que una posición baja del párpado en un ojo puede conllevar el desarrollo de un ojo vago, con lo que en estos casos debe ser prioritaria y preferente la consulta con un especialista.
La etiología de la ptosis palpebral es muy variada, fundamentalmente con afectación diversa del músculo elevador del párpado superior. Este es músculo más importante en la apertura palpebral, y cuando falla la caída del párpado es prácticamente la norma.
La ptosis más frecuente es la involutiva, o aponeurótica, que se produce mayormente en personas mayores por motivo del envejecimiento. En estos casos el músculo elevador puede estar totalmente sano, con muy buena función, pero los procesos de envejecimiento afectan al tendón del mismo, conocido como la aponeurosis. Esta estructura se elonga y deja de tener la consistencia y tensión necesaria para un buen funcionamiento, con lo que el párpado superior cae.
La segunda etiología de ptosis más frecuente es la ptosis congénita. Se produce en la edad infantil, incluso tras el nacimiento, y se fundamenta en un fallo en la función del músculo elevador. El paciente nace con un músculo elevador defectuoso, en el que independientemente del estado de su aponeurosis, no es capaz de realizar correctamente su función. En estos casos, si la afectación es importante y la pupila se ve afectada, es fundamental acudir rápido al especialista, para valorar la función visual del ojo y prevenir de cualquier manera el desarrollo de una ambliopía, lo que se comúnmente se denomina un “ojo vago”. Si no existe afectación del eje visual, se convierte en una ptosis de tipo estético, y se corregirá cuando el paciente o sus padres lo consideren conveniente.
Otras etiologías de ptosis palpebral menos frecuentes son la mecánica, neurogénica o traumática.
La prevención de la ptosis palpebral no existe en realidad, pero sí se pueden minimizar sus efectos visuales de forma rápida y precoz, lo que resulta imprescindible en casos de niños pequeños aún en período de desarrollo visual.
El tratamiento de la ptosis palpebral es siempre quirúrgico. Según la etiología causante, y sobretodo la función del músculo elevador, se realizará una u otra técnica. En cuanto a la precocidad del tratamiento, siempre va a depender, en niños, de la posibilidad de que se produzca un ojo vago.