¿Qué son?
Se trata de tumores que se dan en el interior del ojo, concretamente en una capa denominada úvea que comprende el iris, el cuerpo ciliar y la coroides. El iris es la zona que da color a nuestros ojos y que actúa como diafragma protegiéndonos de la luz y ayudando al proceso visual.
El cuerpo ciliar es una zona que está inmediatamente por detrás del iris y que tiene dos funciones muy importantes, la primera es la de producir el humor acuoso y la segunda la de controlar la función del cristalino, o dicho de otro modo, regular la capacidad que tenemos de acomodar la visión cuando leemos.
Síntomas
Generalmente se detectan por cambios de coloración o la forma del iris, aunque dependiendo de cada tipo la variedad de síntomas y signos puede ser elevada. No es extraño que en algunos casos el hallazgo sea casual en una consulta de oftalmología. Por este motivo siempre es interesante acudir a consultas de forma regular y especialmente ante cualquier de los signos mencionados.
Causas y factores de riesgo
Como en cualquier tumoración existen factores internos o inherentes al individuo como los factores genéticos, y factores externos como la radiación solar.
Tipos
Contamos con lesiones que tienen como origen el propio tejido como son el nevus, melanoma, leiomioma, leiomiosarcoma, hemangioma, rabdomiosarcoma, neurofibroma, xantogranuloma juvenil, tumores del epitelio pigmentado, o xantomas. También podemos encontrar lesiones que proceden de otros tejidos donde se ha originado el tumor de forma primaria, como son metástasis, linfoma, meduloepitelioma de cuerpo ciliar o pseudotumor inflamatorio.
En cualquier caso, y con el fin de facilitar la comprensión podríamos decir que hay lesiones benignas donde no existe riesgo vital para el individuo ni riesgo de un deterioro importante del globo ocular, y patología maligna con capacidad de afectar gravemente al globo ocular o incluso a la vida del paciente que lo sufre. En algunas ocasiones desconocemos si la lesión es maligna o benigna hasta su exéresis (extirpación), y su análisis en el departamento de anatomía patológica.
Prevención
La prevención se basa en dos bloques de actuación. El primero es la protección frente al sol, especialmente en países o lugares de alta radiación. El segundo es un diagnóstico precoz por parte de un especialista con el objetivo de detectar lesiones a tiempo, poder tratarlas y evitar las complicaciones que puedan llegar a darnos.
Tratamiento
Los tratamientos van desde la simple observación hasta un abordaje quirúrgico en función del tipo de lesión. En algunos casos el abordaje debe ser multidisciplinar, especialmente en casos de metástasis donde el origen del tumor es otro tejido.