Lunares o nevus en el fondo del ojo. ¿Deben preocuparnos?
07/05/2024
Se trata de un procedimiento quirúrgico que tiene como finalidad la extirpación completa del globo ocular, es decir, de todos los contenidos internos del ojo, de la esclera (capa externa que envuelve el ojo) y de una porción del nervio óptico.
Es una técnica diferente de la evisceración, donde sólo vaciamos el contenido intraocular manteniendo la “envoltura del ojo “ (parecido a si conserváramos la cáscara del huevo y solo quitáramos la clara y la yema del mismo) sin modificar las inserciones musculares fisiológicas y con ello respetando los movimientos oculares.
En ambas técnicas tendremos una ausencia marcada del contenido de la órbita (cavidad que protege y aloja el ojo y sus estructuras de soporte) por lo que en el mismo acto quirúrgico habrá que suplir la pérdida de volumen por medio de la colocación de un implante interno.
Las indicaciones de una enucleación son pocas y muy concretas. El principal motivo por el que la recomendaremos es la presencia de un tumor intraocular maligno que escapa a otros tratamientos más conservadores, prevaleciendo por encima de la estética, el mantener las máximas opciones de supervivencia de los pacientes.
Los dos tumores malignos que con mayor frecuencia requieren una enucleación son el melanoma coroideo, en el caso de los sujetos adultos; y del retinoblastoma, en el caso de los niños.
Otra indicación serían los traumatismos oculares severos con grave desestructuración de las membranas y de los contenidos oculares, que no pueden ser reparados con una evisceración.
Para otras circunstancias ya sea ojos ciegos dolorosos de causa no tumoral, infecciones intraoculares graves no controlables con tratamiento médico, ojos ciegos en ptisis (que pierden volumen y se atrofian), etc., la técnica de elección es la evisceración.
Se trata de un procedimiento quirúrgico que realizamos en quirófano y bajo anestesia general, aunque en casos aislados se puede realizar con anestesia local y sedación profunda.
Con esta técnica un oftalmólogo especialista en cirugía plástica ocular extraerá por completo el globo ocular incluida la esclera y una porción del nervio óptico y en su lugar colocará un implante interno de forma esférica y del mismo tamaño, para restaurar el volumen perdido.
Previamente habremos desinsertado los músculos extraoculares, que se encargan del movimiento ocular, para luego volverlos a suturar al implante y mantener la motilidad del globo ocular.
Respecto a las prótesis internas comentar que existe gran variedad, clasificándose en función del material del que que se componen (silicona, biocerámica, polietileno poroso, o hidroxiapatita) y por su tamaño y forma. La elección de una u otra dependerá de las características del ojo del paciente, y siempre con la finalidad de conseguir un ajuste cómodo y un resultado cosmético óptimo.
Es recomendable un breve ingreso hospitalario, habitualmente de una sola noche, en el que se mantiene al paciente bajo vigilancia y con un vendaje compresivo para evitar hemorragias posoperatorias.
Con el paciente ya dado de alta, la semana posterior a la cirugía se realizarán curas hospitalarias diarias donde se revisará la cavidad y se cambiará el vendaje.
A la semana ya se procede al ajuste de la prótesis externa provisional, con la finalidad de evitar que la cavidad se contraiga. Al mes el protésico ya implanta la prótesis externa definitiva.
Se trata de una técnica quirúrgica sencilla y muy segura en manos de un cirujano especialista.
Requerimos de medicación postoperatoria combinando antibióticos para prevenir la infección, y antiinflamatorios y analgésicos para combatir la inflamación y manejar el dolor postoperatorio inmediato.
Los pacientes también pueden aquejar cierto grado de hinchazón, que se controla con aplicación de hielo local y pueden notar secreciones abundantes que con lavados de suero suelen limitarse.
Es importante aconsejar a los pacientes un reposo relativo evitando ejercicio físico y levantar peso, sobre todo los primeros días posoperatorios.
A largo plazo y en pocos casos, los tejidos que cubren la prótesis interna pueden adelgazarse hasta producir una extrusión de la prótesis, circunstancia que requerirá un nuevo acto quirúrgico para su resolución.
La extrusión es muy infrecuente cuando hemos utilizado prótesis de material poroso (por ejemplo hidroxiapatita o el polietileno) ya que estos materiales facilitan la vascularización del implante mejorando la integración de los mismos a los tejidos.
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