¿Cómo realizamos el tratamiento con lentes intraoculares ICL?
04/06/2024
Un ojo emétrope es aquel que es capaz de enfocar correctamente las imágenes en la retina. Si la óptica del ojo difiere de la del emétrope, hablamos de defectos o errores de la refracción ocular, entre los que se encuentran la miopía y la hipermetropía.
Los hipermétropes ven peor de cerca que de lejos. Es el defecto opuesto a la miopía.
En la hipermetropía el ojo tiene una longitud menor que el ojo emétrope y por ello las imágenes de los objetos cercanos quedan enfocadas por detrás de la retina. Esto causa borrosidad, mayor cuanto más cerca está el objeto.
Cuantas más dioptrías de error refractivo tiene un ojo hipermétrope, más desenfocadas verá las imágenes cuando no lleve las gafas.
Durante la infancia y hasta los 40 o 50 años de edad, el cristalino (la lente natural del ojo) puede compensar este defecto y enfocar las imágenes en la retina. Con la edad, el cristalino pierde su capacidad de enfocar y la necesidad de gafas aumenta. Es lo que se conoce como presbicia o vista cansada.
Los factores genéticos juegan un papel importante. Si uno de los padres es hipermétrope, aumenta el riesgo de que los hijos también lo sean. El riesgo es aún mayor si ambos padres son hipermétropes.
Como en los demás errores refractivos, es importante realizar visitas periódicas al oftalmólogo para controlar su evolución.
Es conveniente realizar una revisión ocular anual, especialmente en la infancia y en personas mayores de 40 años, debido a los cambios fisiológicos normales que se producen con la edad.
En los niños hay que estar atentos a determinados síntomas ya que la hipermetropía tiende a manifestarse en la edad escolar.
Los signos y síntomas de la hipermetropía más comunes pueden ser:
El tratamiento de la hipermetropía debe individualizarse en cada caso, y aunque no se cura, se puede corregir mediante:
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