¿Cómo realizamos el tratamiento con lentes intraoculares ICL?
04/06/2024
La queratectomía foto refractiva es una de las técnicas quirúrgicas que utiliza el láser excimer para tratar algunos defectos refractivos como la miopía o el astigmatismo.
Como las demás técnicas que utilizan el láser, su propósito es corregir los defectos refractivos modificando la curvatura corneal, que es la causa de la mayoría de miopías de bajo grado.
La córnea es la lente principal del ojo y se localiza en su superficie. Como cualquier lente, su potencia depende del grado de su curvatura.
Cuanta más curvatura tiene una lente, mayor es su potencia dióptrica, es decir, más aumento tiene. Podríamos hacer una analogía con una lupa, cuanto mayor es su curvatura, mayor será el aumento y, por tanto mejor se verán los objetos cercanos y peor se verán los objetos lejanos, que es lo que ocurre en la miopía.
Si disminuimos la curvatura de la córnea, también disminuiremos su potencia y por tanto reduciremos las dioptrías del ojo.
El láser actúa reduciendo el espesor central de la córnea respecto a la periferia, con lo cual se produce una disminución global de la curvatura corneal.
Como el láser actúa en la superficie del tejido a tratar, debemos retirar primero el epitelio (fina piel que recubre la córnea) para hacer el tratamiento directamente sobre el estroma (tejido rígido que conforma la mayor parte del espesor corneal).
Aunque el propósito de las diferentes técnicas quirúrgicas con láser es reducir el espesor del estroma corneal, las diferencias entre ellas consisten en la forma en que retiramos el epitelio.
Así, la fotoqueratomileusis, más conocida como técnica LASIK, utiliza otro tipo de láser (láser de femtosegundo) para hacer un corte en el estroma anterior por debajo del epitelio, que después levantaremos, para poder aplicar el láser excimer (que es el que reduce el espesor corneal y corrige la miopía) y que haga su efecto directamente sobre el estroma. Posteriormente se recolocará la capa de estroma y epitelio que habíamos levantado y se dejará cicatrizar espontáneamente.
La queratectomía foto refractiva, más conocida como técnica PRK, por el contrario, consiste en retirar directamente el epitelio, aplicar el láser excimer directamente en la superficie del estroma, y luego dejar que este se regenere espontáneamente, cosa que ocurre en 2 o 3 días.
La diferencia principal entre las dos técnicas es que la técnica PRK realiza el tratamiento en la superficie del estroma corneal mientras que la técnica LASIK lo hace de manera más profunda, lo que requiere un espesor corneal mayor. Es por ello que la técnica PRK suele utilizarse cuando el paciente tiene la córnea más delgada o menos resistente.
En general, las técnicas de cirugía láser están indicadas para corregir miopías bajas, normalmente por debajo de las 7 u 8 dioptrías, dependiendo de las características de la córnea (espesor, regularidad, forma, resistencia, etc.) que se determinarán tras una serie exhaustiva de pruebas en el preoperatorio.
El tratamiento con láser, en general, se utiliza para corregir miopías y astigmatismos por debajo de las 6-8 dioptrías. Siendo, el implante de lentes intraoculares, la técnica de elección para corregir las miopías más elevadas.
El elegir la técnica LASIK o la PRK depende de varios factores.
En primer lugar el espesor y la resistencia de la córnea, reservando la PRK para las córneas más delgadas o delicadas.
Del mismo modo, otra indicación de la técnica PRK es, al preservar de forma más efectiva la resistencia de la córnea, realizar la cirugía en personas que en su vida diaria tengas más riesgos de recibir impactos directos en el ojo, como puede ser la práctica de deportes de riesgo o de contacto.
Entonces, ¿por qué no se practica PRK en todos los pacientes que desean cirugía láser? Respuesta sencilla: por el tiempo de recuperación y las posibles molestias postoperatorias en los primeros días.
La retirada del epitelio requiere una nueva reepitelización, o crecimiento de una piel nueva, que tardará uno tres días, durante los cuales, el paciente puede presentar molestias y la visión puede no ser óptima, con lo cual se recomienda reposo relativo durante dicho periodo.
Además, una vez reepitelizada la córnea, el incremento de agudeza visual hasta alcanzar la visión definitiva puede ser de 3 a 6 semanas, mientras que en la técnica LASIK la recuperación visual suele ser mucho más corta, 2 o 3 días. El resultado visual a los dos meses de la operación es análogo en las dos técnicas.
Otro problema que puede presentar la técnica LASIK es que puede afectar algo más la sensibilidad superficial de la córnea, lo que se traduce en una mayor probabilidad de presentar problemas de sequedad ocular el postoperatorio en personas predispuestas. Por tanto, otra indicación de la técnica PRK son los problemas de sequedad ocular antes de la operación, por ejemplo en personas que hayan utilizado lentes de contacto de forma exhaustiva y durante un periodo prolongado de tiempo.
Técnicamente, la cirugía PRK, es indolora y sencilla, más aún que la técnica LASIK. Se trata de retirar el epitelio superficial con una esponja u otro instrumento delicado para después aplicar el láser excimer. En total, la técnica no suele superar los 3 o 4 minutos.
Posteriormente se coloca una lente de contacto protectora para disminuir las posibles molestias postoperatorias que se retirará a los 3 o 4 días de la operación. Pudiendo realizar una vida normal a partir de entonces. Recordemos que aunque se pueda realizar una vida normal, la recuperación de la visión, probablemente, no será total hasta que hayan pasado unas cuantas semanas.
El resultado en cuanto a la visión y la reducción de dioptrías es excelente, análogo a otras técnicas refractivas como el LASIK.
Si bien, debemos recordar que la recuperación total de la visión puede demorarse unas semanas, durante las cuales, el paciente puede realizar sus actividades habituales, ya sin gafas, en espera de que la visión se vaya incrementando paulatinamente hasta alcanzar la visión que tenía con gafas, pero ahora ya sin ellas.
La cirugía refractiva corneal tiene un índice de eficacia y seguridad muy alta. Lo que quiere decir que se consigue el efecto deseado en la mayoría de los casos con un riesgo muy bajo.
De todos modos debemos entender, que al tratarse de un procedimiento médico quirúrgico que actúan sobre tejidos vivos y no sobre materiales inertes, la respuesta puede ser variable de una persona a otra. Por tanto no se puede asegurar un resultado del 100% en todos los casos y tampoco está exento de una posible complicación.
Como en toda cirugía, siempre deberemos extremar las precauciones para evitar una posible infección, de ahí la necesidad de cumplir el tratamiento postoperatorio de forma estricta.
Como se ha comentado anteriormente, la recuperación visual en esta técnica es más lenta que en la técnica LASIK debido a que la cicatrización superficial puede provocar una discreto velamiento en el estroma superficial que irá remitiendo con el paso de las semanas. Este proceso de cicatrización y regularización de la superficie suele ser más largo cuando el número de dioptrías es alto.
En algunos casos puede incrementarse la sensación de sequedad superficial, sobre todos en casos de uso prolongado de lentes de contacto antes de la cirugía, lo que hace necesario el uso de lubricantes oculares por un tiempo más o menos prolongado dependiendo de la sintomatología y de las condiciones ambientales.