La anomalía de Peters
29/12/2017
El nistagmo o nistagmus es una oscilación rítmica e involuntaria de uno o ambos ojos que puede presentarse a cualquier edad. El movimiento rítmico tiene dos fases, una de ida y otra de vuelta. Se denomina nistagmus pendular, cuando las dos fases son simétricas en su velocidad, y nistagmus en resorte, cuando son asimétricas, de manera que el nistagmus hacia un lado es más rápido que al lado opuesto.
Las características que definen un nistagmus son: dirección, amplitud, frecuencia e intensidad.
El nistagmus más frecuente es el horizontal.
Hablamos de nistagmus conjugado cuando los ojos se mueven simultáneamente en la misma dirección, amplitud y frecuencia en las distintas posiciones de la mirada. Es disconjugado o disociado cuando no se cumplen las características anteriores.
Algunos pacientes presentan una zona neutra o de bloqueo. Se trata de una posición de la mirada donde el nistagmus disminuye o desaparece y que provoca tortícolis para desplazar los ojos a la posición de bloqueo.
Existen múltiples clasificaciones
Según la edad de inicio:
Según la causa:
La presencia de visión deficiente, fotofobia, ambliopía (ojo vago), estrabismo y tortícolis, orientan a síndrome de nistagmus infantil asociado a patología ocular.
La presencia de oscilopsia (sensación de que el entorno se mueve), náuseas, vómitos, pérdida de equilibrio, ataxia y parálisis de nervios oculomotores, orientan a nistagmus asociado a patología neurológica.
Son multifactoriales. En niños son muchas y variadas, además de complicadas de evaluar y diagnosticar. En general, podemos diferenciar dos grandes grupos:
Nistagmus de origen ocular
Nistagmus de origen neurológico
En determinados nistagmus concurren causas oculares y neurológicas que conviene diferenciar para realizar el diagnóstico correcto.
Los objetivos del tratamiento son: mejorar la agudeza visual, disminuir la amplitud y frecuencia del nistagmus y corregir o mejorar el tortícolis
Tratamiento médico
Tratamiento quirúrgico
Antes de plantearlo se debe tener en cuenta si ha existido mejoría del nistagmus en el tiempo de evolución. La indicación, el planteamiento y los músculos a intervenir, variarán en función del tipo de nistagmus y tortícolis inducido. La cirugía pretende desplazar los ojos de una zona periférica de bloqueo a la posición central de la mirada para evitar el tortícolis. El nistagmus es un cuadro clínico complejo que obliga a personalizar cada caso.
Si el tortícolis es horizontal
Existen distintas técnicas que se basan sobre el mismo principio:
En tortícolis verticales
En tortícolis con mentón descendido y bloqueo en elevación, se debilitan los músculos rectos superiores. En tortícolis con mentón elevado y bloqueo en depresión, se debilitan los músculos inferiores. Si la tortícolis es mayor de 25 grados se puede requerir resección de los músculos antagonistas. Debe descartarse que el tortícolis no esté inducido por síndromes con patrón alfabético “V” o “A” que requerirán otra técnica específica.
En tortícolis torsionales
Son de mal pronóstico por lo que la indicación quirúrgica suele ser para casos excepcionales dado el riesgo de que surjan complicaciones no deseadas.
En nistagmus con tortícolis y estrabismo
Debe optarse por corregir ambos cuadros simultáneamente. Se opera el ojo fijador para reducir la tortícolis y el ojo no dominante para corregir el estrabismo